ESCUELA
PARA PADRES
El objetivo de Escuela para
Padres es proporcionar a los padres de familia diversas estrategias para
entender, apoyar, comprender y dar respuesta a los cambios propios del proceso
de desarrollo por el cual está pasando sus hijos, tanto en el ámbito emocional,
afectivo, académico, como social.
Así mismo, que los padres de
familia conozcan y aprendan métodos efectivos para apoyar a sus hijos en el
mejoramiento y superación académico, que permita además vivenciar los más altos
valores humanos y familiares.
La Escuela para Padres busca
también contribuir a que los padres establezcan una óptima comunicación con sus
hijos.
Los padres deben enseñar y
los hijos aprender, esto que se proclama como una verdad absoluta, suele ser
muy poco cierta en la realidad ya que es, al menos, una visión muy parcializada
de ella.
TALLER
PARA PADRES
APRENDER A APRENDER DE
NUESTROS HIJOS TOMANDO EN CUENTA LA IMAGEN QUE
LE TRANSMITIMOS
LO
QUE NUESTROS HIJOS NOS HAN ENSEÑADO
TESTIMONIO
Mi
esposa Viviana y yo nos casamos hace poco menos de 10 años, pretendiendo que
habíamos conformado una familia, pero esta no comenzó a concretarse hasta que,
un año después, nació Juan Manuel que contra todo lo previsto no pudo nacer por
parto normal ya que tenía 4 circulares de cordón. Desde ese momento Juan Manuel
nos enseñó a aceptar que no siempre las cosas salen como uno lo planea o desea.
Nosotros habíamos planeado estar juntos en el momento del parto, pero los
médicos no quisieron que yo estuviese presente ya que se trataba de una
cesárea.
A
los dos años de este feliz nacimiento, Dios nos dio a Mercedes que hoy tiene
seis años y gracias a un buen médico pudo nacer por parto normal, en contra de
todas las opiniones que indicaban que si el primero había nacido por cesárea
todos los demás también debían nacer de la misma manera. Entonces nuestra niña
nos enseñó a que debemos creer y esperar aun cuando todo parece indicar que las
cosas no van a salir como las deseamos, nos enseñó que debemos tener una visión
optimista de la vida.
Se
imaginarán los lectores que, si mi memoria nos ayudase, podríamos sacar una
enseñanza de cada uno de los actos de nuestros cuatro hijos, pero como no
quiero agobiarlos con asuntos personales voy a hacer un resumen.
En
los peores momentos, cuando uno de ellos se pescó una enfermedad que puso en
riesgo su vida, hemos contado con su sonrisa que se ha convertido en un apoyo
para soportar las dificultades. Cuando falleció el abuelito, ellos no lloraban
porque tenían una seguridad envidiable sobre la felicidad que tendría su abuelo
al estar gozando de una vida mejor que esta. Nos enseñaron entonces que el
dolor es parte natural de la vida y que debe ser asumido para engrandecernos.
Por
el hecho de ser cuatro niños Viviana y yo hemos debido compartir muchas tareas,
tanto en el trabajo externo que nos provee el sustento, como en el trabajo
dentro de la casa que nos organiza la vida familiar. Los chicos también, en la
medida de sus posibilidades, colaboran con él trabajo familiar: los más grandes,
antes de comer, lavan las manos de Facundo que todavía no ha cumplido dos años;
son ellos los que le enseñan a José Ignacio, de cuatro años, a higienizar sus
dientes antes de dormir y a tender la cama al levantarse. Nuestros hijos han
mejorado notablemente nuestra capacidad de trabajar en equipo.
Cuando
llegamos a casa, cansados por tanta labor y agotados por la lucha cotidiana,
sus voces y sus sonrisas nos enseñan que hay que saber dejar los problemas del
trabajo fuera de la casa, y cuando no se puede hay que compartirlos para
hacerlos más soportables.
También
ellos tienen sus aspectos negativos, sus picardías, sus malos comportamientos,
que exigen de nosotros el máximo de nuestra paciencia para aguantar sus
asuntos, la responsabilidad con los otros cuando rompen la ventana del vecino
con una pelota, y la perseverancia necesaria para lograr fraguar en ellos los
buenos hábitos. Por lo tanto ellos nos entrenan en virtudes tales como la
paciencia, la responsabilidad y la perseverancia.
Ellos
no soportan las injusticias, aunque si entienden que no todos tienen los mismos
derechos (ya que no tienen las mismas necesidades y obligaciones), de manera
que los más grandes saben que deben bañarse por sí mismos mientras que el más
pequeño requiere de nuestra atención para tales menesteres, y saben además que
ninguno de ellos por pequeño que sea tiene la exclusividad sobre los aquellos
bombones que mamá había guardado para compartirlos en otro momento. Ellos nos
exigen justicia, y la distinguen del igualitarismo raso. También nos enseñan de
estas cosas que muchos hombres de gobierno parecen desconocer.
Podríamos
escribir muchas páginas más sobre este asunto, pero creemos que el asunto está
comprendido y esta nota estaba destinada a ser más corta de lo que es. Solo queda
para el final decir que ellos nos piden que seamos un ejemplo para su
realización, como dijo una vez una lectora de EVPP: "los niños no escuchan
lo que les decimos, pero si nos ven"
ES
POR ESO QUE DEBEMOS CONVERTIRNOS EN SU MODELO A SEGUIR.
OBJETIVO:
tratar de explicar y orientar a los
padres para que descubran lo que pueden aprender de sus hijos, yendo un poco
más allá de lo superficial, de aprender a sentirlos a escucharlos de no
verlos sino de mirarlos de observarlos
y aunque sea mucho el trabajo
fuera de casa como dentro de ella, dedicarle un poco de tiempo para que él se
sienta importante dentro de tu vida por que como padre le dices que lo amas
pero como haces para que el sienta que en realidad lo amas, como padre de
familia que eres ya seas una mamita o un papito tienes también una
responsabilidad grande en tus hombros ya que depende de ti y de cómo te
transmites tu como figura o modelo frente a u hijo.
“Recuerda
tu hijo no muchas veces puede escucharte pero si te está viendo”.
BIBLIOGRAFIA: http://www.aciprensa.com/Familia/escuepadres.htm
No hay comentarios:
Publicar un comentario